El problema indígena: los primeros americanos, los verdaderos descubridores de América, son un problema. Y para que el problema deje de ser un problema, es preciso que los indios dejen de ser indios. Borrarlos del mapa o borrarles el alma, aniquilarlos o asimilarlos: el genocidio o el otrocidio. Eduardo Galeano |
A más de cinco siglos de la Conquista de América, el 12 de octubre se conmemora en memoria de aquella lucha que inició en 1492 y libraron los indígenas y los colonizadores españoles, luego de que el marinero genovés Cristóbal Colón llegara al Nuevo Mundo.
Ese día fué denominado „Dia de la Raza“ durante mucho tiempo, debido al mestizaje que nació del encuentro entre esos dos grupos culturales tan diferentes, por un lado, la raza blanca española y por el otro la indígena, iniciando con ello la unión entre Europa y América y que también se le conoce como el “Encuentro de dos mundos’.
En consecuencia, es importante recordar que debido a que Colón creyó haber encontrado las Indias -y no el continente americano- fue que a estas nuevas tierras se les nombró así y por ende, a sus habitantes indios. Ambas denominaciones fueron utilizadas tras la gestación de la colonización europea de América que duró 300 años, hasta finales del período colonial.
Este día se conmemora en la mayor parte de los países americanos y España, con diferentes nombres, aunque todos ellos evocan el momento histórico de la Conquista.
En España se le conoce actualmente como Día de la Fiesta Nacional, teniendo sus antecedentes en 1913 cuando el entonces presidente de la Unión Iberoamericana, propuso una celebración que uniera a España con Iberoamérica eligiendo el 12 de octubre, denominándolo Fiesta de la Raza, y dos años más tarde, Día de la Raza. Posteriormente, en 1981 se le denominó Fiesta Nacional de España y Día de la Hispanidad; y a partir de 1987 se conmemora como el Día de la Fiesta Nacional. Vale observar aquí, que este día se celebra en España como un hecho histórico épico de la historia hispánica, donde el colonizador europeo sometía al Nuevo Continente y gracias a sus recursos se convertía en el imperio mas poderoso del mundo, donde el sol nunca se ponía.
Otros países que guardan la tradición de esta conmemoración son: Argentina (Día del Respeto a la Diversidad Cultural); Bahamas (Día del Descubrimiento – Discovery Day-); Belice (Día Panamericano – Pan-American Day-); Bolivia (Día de la Descolonización, después de haberse llamado Día de la Liberación, de la Identidad y de la Interculturalidad); Chile (Encuentro de Dos Mundos); Colombia (Día de la Raza y la Hispanidad); Costa Rica (Día de las Culturas); Costa Rica (Día del Descubrimiento y la Raza, pero a partir de 1994 se transformó oficialmente en el Día de Encuentro de las Culturas); Ecuador (Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad); Estados Unidos (Día de Colón -Columbus Day); Guatemala (Día de la Hispanidad); República Dominicana (Día de la Identidad y Diversidad Cultural y también, Día del Encuentro entre dos Culturas, más que Día de la Raza); Venezuela (Día de la Resistencia Indígena). En tanto que Bolivia, Honduras, Perú y México (Día de la raza).
Hoy en día, son pocos los países que siguen conmemorando el 12 de octubre como una alusión a la raza o a la cultura hispanoamericana que surgió en el siglo XVI fruto de la conquista. Los cambios de denominación están muy relacionados con la reflexión social e histórica de los pueblos, y depende en gran medida de la manera en la que Cristóbal Colón es percibido en cada país.
Este episodio de la historia es comúnmente conocido como el “descubrimiento de América”, y así se ha enseñado en las escuelas de Hispanoamérica durante décadas. No obstante, el término “descubrimiento de América” ha sido puesto en cuestión por múltiples investigadores e historiadores que encuentran en la denominación una grave problemática, pues reduce, simplifica o invisibiliza la complejidad de las relaciones sociales y de poder que surgieron con la venida de los españoles conquistadores; al mismo tiempo que suprime la validez y existencia de una historia, un territorio y una civilización previas a su llegada.
En Visión de los vencidos (1959), el filósofo e historiador mexicano Miguel León-Portilla incluye una expresión que ofrece una perspectiva que invita a la reflexión sobre la forma en la que se narra y se explica este momento de la historia. Se trata del término “encuentro de dos mundos”. Según el autor mexicano, por medio de la idea del “encuentro de dos mundos” se adopta una postura que toma en cuenta a todos los participantes de dicho proceso: tanto a los pobladores indígenas como a los africanos llevados a estas tierras y a los conquistadores españoles. Asimismo, León-Portilla puntualiza que otro sentido se halla en dicha expresión, pues “encuentro” también hace alusión o guarda relación con el “contra” y tiene como significado “choque”, “enfrentamiento” y “lucha”, lo cual hace referencia a la invasión, sometimiento, explotación y asesinato de indígenas, así como la resistencia de dichos pobladores.
Aunque este día en varios países siempre ha tenido un significado asociado al mestizaje y al sincretismo, en los últimos años se ha señalado esta fecha como el Día de la Resistencia Indígena. De norte a sur del continente, los pueblos originarios reivindican sus derechos territoriales y agrarios, defienden sus recursos naturales, tierras, identidades culturales, lenguas y su autodeterminación. Incluso han instaurado gobiernos representativos como en Bolivia.
Este interés y cambio de perspectiva, obligó a los Estados y a la misma Organización de las Naciones Unidas a reconocer la pluralidad cultural y étnica de las sociedades (declaró el „Decenio de los Pueblos Indígenas“ en 1995-2004). Por otro lado, y el mas reciente acontecimiento que encontramos, es que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que proclama al periodo 2022-2032 como Decenio de las Lenguas Indígenas: El objetivo del Decenio es garantizar el derecho de los pueblos indígenas a preservar, revitalizar y promover sus lenguas, e integrar los aspectos de la diversidad lingüística y el multilingüismo en los esfuerzos de desarrollo sostenible.
En todo el continente, los indígenas luchan por el reconocimiento de sus identidades y formas de vida, defienden sus territorios y recursos naturales. De Chile a Canadá, pasando por América del sur, Centroamérica y México, los pueblos originales levantan la voz para tomar en sus manos la historia, reinterpretarla y construir su presente y las decisiones que les afectan a partir de la descolonización de los saberes, visiones alejadas del eurocentrismo, entre otros nuevos conceptos que constantemente surgen en la filosofía y en la práxis.
Recordamos aquí los memorables versos de Mercedes Sosa:
… Desde atrás de todo el olvido secaré con mis lágrimas, Todo el horror de la lástima y por fin te veré Campesino, campesino, campesino, campesino, Dueño de mirar la noche en que nos acostamos para hacer los hijos. Campesino, cuando tenga la tierra, Le pondré la luna en el bolsillo y saldré a pasear Con los árboles y el silencio Y los hombres y las mujeres conmigo Cantaré, cantaré, cantaré, cantaré!
Por eso, el 12 de octubre ha pasado de ser el tradicional Día de la Raza y se ha convertido en una jornada de lucha y reivindicación de los pueblos originarios. En este día se realizan diversas manifestaciones en toda América Latina para conmemorar el Día de la Resistencia Indígena, para reconocer la constancia, la lucha por su dignidad, la diversidad cultural y humana de los pueblos originarios del continente.
Los doctores del Estado moderno, en cambio, prefieren la coartada de la ilustración: para salvarlos de las tinieblas, hay que civilizar a los bárbaros ignorantes. Antes y ahora, el racismo convierte al despojo colonial en un acto de justicia. El colonizado es un sub-hombre, capaz de superstición pero incapaz de religión, capaz de folclore pero incapaz de cultura: el sub-hombre merece trato subhumano, y su escaso valor corresponde al bajo precio de los frutos de su trabajo. El racismo legitima la rapiña colonial y neocolonial, todo a lo largo de los siglos y de los diversos niveles de sus humillaciones sucesivas.
América Latina trata a sus indios como las grandes potencias tratan a América Latina.
(Por Eduardo Galeano, en: Ser como ellos y otros artículos, Siglo Veintiuno Editores, México, 1992.)
Foto portada: Germán García Adrasti.